jueves, 9 de febrero de 2017

CADÁVER

Un rincón lejano y oscuro,
ojos estériles de llanto,
una boca moribunda
y una esperanza nauseabunda.

Necesito un cuerpo que explote
de rabia, de hambre, de coraje.
Necesito un alma que sienta,
que anhele, que viaje, que vuele.

Un piano interpretando mis fracasos,
una noche acompañando unos tragos;

y se esconde el te extraño en palabras de aliento,
y se esconde el lloriqueo en sonrisas de antaño,
y se esconde el te amo en cómplices silencios.

Has sangrar mi cadáver que extraña el filo de un suspiro,
carcome mis labios que olvidan el asfixio de un beso,
masacra mi pecho que añora el azote de un latido.

Vida mía sométeme a la más cruel de tus torturas,
sé mi verdugo, mi flagelo, mi cruz,
que aquí a la luz de las ausencias
tu dolor es dicha que reanima.

A.G.