Aquel a quién de mis tristezas y agonías se regodea, que por verme caer pone empeño y esmero, a quien en elaboradas calumnias y difamaciones mancha mi nombre, mi honor, mi orgullo con el fin de verme sufrir en soledad, en un rechazo constante, que goza con mi dolor. A ti que te ocultas detrás de una pantalla, detrás de un perfil falso, en la oscuridad, en el anonimato, que con palabras e imágenes exageradas, deformadas de la realidad, hieres sin detenerte, sin saciarte, sin parar, que lanzas mentiras, una tras otra, sin titubear y buscas romper algo bueno, algo puro, algo que nace de lo más sencillo, algo tan delicado y frágil como un crío recién nacido, como el brote de una flor, algo pequeño pero que se va construyendo con amor, y que lo destruyes por el simple hecho de herir, de dañar, de matar. A ti te dedico esta carta, a ti te declaro este manifiesto.
Me he preguntado si te he herido, si en algún punto de mi vida llegué a dañarte tanto como para que corra odio o rencor por tus venas lo suficiente para comprometerte con destruir cualquier intento de relación que pudiera tener. ¿Será envidia, un amor frustrado?, ¿será un placer desenfrenado que ha encontrado en mi una salida?, ¿será el simple placer de chingar?, ¿qué razones habrá detrás?, ¿será interés en quién yo he fijado mis ojos?, como el niño que quiere el juguete que otro tiene. Mil razones llenan mi mente sin poder dar con la correcta, sin tener una cara a quién atribuirle mis hipótesis, sin tener un nombre real a quién depositarle mis interrogantes sin embargo siendo honestos las razones no importan mucho, el daño está hecho, lo has conseguido, una y varias veces. Lo has logrado, has triunfado, te felicito.
Por un lado debo de agradecerte, me has hecho ver que en la realidad de los otros importa poco lo que se hace, los hechos y más los rumores, los dimes y diretes, los chismes de cantina, que los sentimientos de verdad, cosa que quizá ya se sabía pero alguien como yo quiere creer en algo más, uno tiene fe ingenua pero supongo que en parte hay algo de justicia en tus actos, si alguien con quien sales no tiene la suficiente confianza, el coraje para confiar en ti, de creer en uno, en lo que están construyendo y ante el mínimo soplo titubea, se tambalea, si ante la mínima marea se hunde, no vale la pena, así que en ese aspecto te debo de agradecer, supongo que me has quitado la venda de los ojos, me has llevado a confrontar la verdad. El amor que se construye tiene que ser fuerte, que las inclemencias del clima, del infortunio, de las crueldades que pueda ocasionar un tercero no pueda derrumbarlo. Así que gracias por aclararme el panorama, por hacer que vea la realidad, de poner los pies en la tierra, de verdad muchas gracias.
Uno comete errores, así mismo travesuras, mañas, perversiones y cosas sucias, en fin, experimenta más allá de los tabúes e inhibiciones de la gente, se arriesga más allá de lo cotidiano por ser uno mismo, libre, sin culpas, sin rendir cuentas a nadie, sin embargo esos actos, esos "errores", esos "pecados" pasan a la historia, pueden ser superados a veces aunque tú te has encargado de que no sea así, de que perduren en la conciencia y en la memoria tanto mía como de aquellos en mi cercanía. Haz conseguido que algo tan humano como la manera en como uno vive la sexualidad pueda verse estigmatizada, que uno sea digno de ser humillado, devaluado, desechado y descartado de la posibilidad de formar una pareja y ni como echarte la culpa porque al final la fama es de uno, la presea que yo he conseguido, que me la he ganado después de tanto tiempo de hacer público lo que en una sociedad doble moralista, hipócrita a veces, represiva, no se hace, es mi culpa por no inhibirme, por no reprimirme, por no ocultarme, por no ser como debería ser, por no ser como lo normal, como lo correcto. Así que es normal que me tachen de puta, de puto, de promiscuo, de perverso, de sidoso, enfermo, pasivo, de un cualquiera y todos los demás adjetivos que se les ocurran y de preferencia en femenino para que cale más, en fin, de alguien que no vale la pena. Así es y así siempre será, ¿culparte a ti? No, tú no tienes la culpa.
Me he preguntado que siento por ti: ¿odio?, ¿coraje?, ¿rencor?, ¿te debería tener lástima? Ignorarte es difícil, ojalá pudiera pero te haces notar en tu invisibilidad, en tu habilidad para mantenerte al margen del anonimato. Además por más frío que parezca tengo sensible el corazón. Siendo sinceros al principio sentía tristeza por ti, alguien tan enfocado en la vida de otra persona debe tener una vida muy miserable, pensé, luego se me pasó, no creo realmente que tu vida sea así, luego me puse a analizar que sentir. Nunca te tuve coraje, quizá hubiera sido más fácil así, sentía coraje contra aquellos a los que me abandonaron cuando esperé que se quedaran ahí al pie del cañón conmigo. A ti no te tuve coraje, ni rencor, ni odio, no puedo tenerlo por alguien a quien no conozco, a quien no le pongo cara. Desconcierto, eso si te tengo hasta el día de hoy. No puedo odiarte, quizá eso quieras, pero no por orgullo o ganar una batalla emocional, simplemente no puedo odiar. No se me da, por más mierda que me traten o que me hagan, no se me da odiar, será muy tonto quizá pero no es algo que pueda hacer. Dice una frase de una serie que me gusta "I have no room in my heart for hate" y es real, no puedo odiar, ni a ti ni a nadie, no tengo esa capacidad. Pienso que el odio solo mata el espíritu, lo corrompe, lo envenena, el odio es un veneno que mata a quien lo tiene lentamente. No sé si tengas odio o rencor pero si de alguna manera crees que lo puedes descargar conmigo, adelante, lo toleraré, soy capaz de soportarlo, no es por hacerme el fuerte o el mártir, es parte de mi vocación, de psicólogos nos toca a veces ser el espejo donde reflejamos los sentimientos más profundos de las personas y no serás el primero ni el último que sobre mí proyecten algo así. Tampoco es labor social porque no es mi intención hacerla de terapeuta contigo, seré masoquista pero no llego a tanto. Es solo correspondencia, resonancia, como una ley del universo que dicta que las cosas sean así. No diré que te quiero porque obviamente no es así, tampoco que me eres indiferente porque después de una carta tan larga es notorio que no lo eres. El sentimiento que te tengo es raro, es como una melancolía lejana, a la distancia pero llena de calma de cerca, no sé como podría describírtelo.
Es muy probable que me conozcas, que seas cercano a mí por la manera en como te enteras de mis intentos de noviazgo, y eso me preocupa un poco, que no seas honesto en declararme la guerra de frente, como caballeros, y en vez de eso te has enfocado en acuchillarme por la espalda. No sé quien seas, tengo ideas, suposiciones pero la verdad no tengo ni puta idea de quien eres, creo que es mejor así. A veces quisiera ponerte cara, rostro, nombre pero luego pienso que me daría una profunda tristeza que pudieras ser alguien a quien le tenga mucha confianza, estima y cariño. Que un gran amigo sea en realidad un traidor y desleal, un verdadero Judas así que prefiero pensar que eres alguien lejano y ajeno a mí, pensar eso me reconforta un poco. ¿Y qué haría yo al verte?, ¿golpearte?, ¿gritarte?, ¿pedirte explicaciones?, ¿denunciarte?, es muy tonto pero lo que se me viene a la mente es abrazarte, abrazarte y llorar en tu hombro, ¿es estúpido no? No es con el afán de que me dejes en paz, suplicarte que dejes de molestarme o pedirte perdón, nada de eso, solo descargarme, aunque conociéndome como soy probablemente me contenga de hacerlo. Quizá por pensamientos así me pasan cosas como estas. No soy ninguna madre Teresa de Calculta, quisiera decir que te perdonaría fácilmente pero tal vez no es así, no soy rencoroso pero supongo que lo correcto sería no perdonarte algo como esto, no sé, solo me pongo a imaginar la situación y no sé que haría, ¿qué harían los demás? A lo que voy es que no puedo responder con el mismo fervor que tú, no lo tengo, quizá es debilidad, pendejez pero no puedo. No puedo hacerte daño.
Y aquí el problema porque vuelvo a la primaria, al tonto que se deja 'bullyear' por alguien más y no hace nada, ni defenderse ni acusarlo con la maestra, ¿y como ponerle fin a este problema? El punto es que no lo habrá, no habrá fin, tú seguirás molestándome y yo seguiré intentando seguir adelante. Esa es mi naturaleza, intentar, tratar, una y otra vez. Un corazón herido tiene dos caminos, o se cierra o se vuelve más grande y fuerte. La elección depende de uno. Ahí tú no puedes hacer nada ni nadie, solo yo. Una vez me hirieron tanto que estuve a punto de desfallecer pero de ahí me recobré como si hubiera resucitado, como un ave fénix, con una nueva vida, un nuevo pensamiento y una nueva forma de ser. Esa persona que así como lo amé profundamente también me hirió, ahora guardo de él la más alta estima y los recuerdos más gratos. Sufrí pero aprendí también lo que es amar, amar de verdad. Cuando uno ama de verdad, no el amor mediocre adolescente, egoísta o arrebatado, cuando uno ama de veras, con toda su alma, es un éxtasis inimaginable. Cuando uno toca ese cielo, realmente lo demás se vuelve perecedero. He amado y he sido amado y para mí ha sido pleno. Me enfoco en eso, en esa plenitud que he alcanzado y que pocos a mi consideración han logrado. Si me muriera ahora, hoy, en este momento, solo, como estoy ahora, no me importaría, porque he amado y he sido amado, he sufrido y he gozado y estoy satisfecho con lo que la vida me ha dado, lo bueno y lo malo. Lo que busque ahora en adelante en una relación son presentes agregados, un plus. Si en la vida está que tenga otra pareja y si tú, Dios, el destino o la suerte permiten que se de estaré igualmente agradecido, sino no hay problema, aunque eso no impida que siga intentándolo. Es el punto, la vida es para disfrutarla, para sentirla, lo positivo y negativo y es lo que trato de hacer todos los días.
Quisiera alentarte para que dejaras de dañarme pero sé que no va a pasar por unas cuantas palabras cursis. Quizá llegué el día en que caiga por completo ante tus enredos y la carga de tanto lío termine por deprimirme al borde de suicidarme, espero que no, y dudo que pase pero sigue intentando, mientras tanto algo te aseguro, no dejaré de creer en el amor, si esperas que muera solo, devastado, deprimido, es una causa perdida porque eso jamás pasará, no porque estoy seguro de que vaya a tener pareja, eso no es relevante, nunca he considerado una pareja como el medio para la felicidad, sino que para dañarme tendrás que matarme de verás, matar al amor, matar el amor que comparto todos los días, con mi familia, con mis amigos y allegados. Y ni aunque mates todo esto, ni aunque mates a mí y te conviertas en mi futuro asesino ni aún así creo que llegaría a odiarte.
Alex.