Te defendí,
te defendí de todos,
te defendí hasta de mí.
Te aferré a mis brazos
en la noche fría,
bajo la lluvia que latiga.
Pero el peso de los besos,
rindió menos
que el daño de los años.
Una sonrisa que enamora
no arregla una mirada fría y altanera;
un te quiero sincero
no reemplaza hielos y silencios.
Perdí paciencia,
perdiste prudencia,
perdimos camino en el paso,
pasaron a perdernos en la nada.
El amor nos consumió en su fuego,
y en su fuego ardió en esplendor.
Alex G.
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